Paul Potts, un humilde vendedor de celulares, se presentó un 9 de junio, de este año, en uno de los programas más famoso de búsqueda de talentos en Inglaterra denominado Britain's Got Talent ("Gran Bretaña tiene talento"). Sorprendió al público, al mismo Simon Cowell (recordado juez de "American Idol") e hizo derramar unas lágrimas a Amanda Holden, ambos miembros del jurado de dicho programa. Simplemente conmovedor.
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